La reciente «guerra de los 12 días» entre Israel e Irán —bautizada así por Donald Trump con la ligereza de quien nombra un reality show— ha dejado más preguntas que respuestas. Tras una escalada sin precedentes de bombardeos mutuos, asesinatos selectivos y ataques a instalaciones nucleares, el alto el fuego impuesto por Washington y Doha parece un parche en un dique agrietado. Pero detrás del cese temporal de hostilidades y las declaraciones triunfalistas de ambos bandos, se esconde una verdad incómoda: esta guerra no empezó el 13 de junio, ni terminará con esta tregua.
1. Los Escombros de una Rivalidad de Medio Siglo
La narrativa de «agresión no provocada» que esgrimió Benjamin Netanyahu para justificar la «Operación León Naciente» omite décadas de hostilidad mutua. Como revelan analistas históricos, Irán e Israel no fueron siempre enemigos. Hasta la Revolución Islámica de 1979, mantuvieron una alianza estratégica: comercio de petróleo, cooperación militar e incluso mediación en crisis como el escándalo Irán-Contra. La caída del Sha convirtió a Israel en el «Pequeño Satán», un chivo expiatorio para un régimen que necesitaba consolidar su identidad antioccidental. A cambio, Israel instrumentalizó la amenaza nuclear iraní para unificar su narrativa de seguridad.
Esta vez, sin embargo, la escalada rompió todos los moldes:
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Ataques directos sobre suelo iraní e israelí, no por proxies como Hezbolá 3.
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Bombardeos a instalaciones nucleares en Fordo, Natanz e Isfahán por parte de EE.UU. e Israel, con Trump comparándolos cínicamente con Hiroshima y Nagasaki 78.
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Cifras desgarradoras: 585 muertos en Irán (según ONGs), incluidos civiles en refugios; 24 en Israel 58.
2. El Teatro Político de Netanyahu y Trump
El primer ministro israelí asegura que esta guerra era «inevitable» para destruir el programa nuclear iraní. Pero los hechos desmienten su relato:
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No hubo «amenaza inminente». Como señala José Vericat del Real Instituto Elcano, Netanyahu buscó esta guerra sin casus belli claro, apostando todo a la hegemonía militar 1.
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El objetivo real era político: Netanyahu enfrenta un juicio por corrupción y un desgaste tras Gaza. La guerra desvía la atención y, como predijo el exdiputado Daniel Ben Simon, le garantiza victorias electorales gracias al respaldo de Trump 17.
Trump, por su parte, violó su promesa de «no nuevas guerras» en solo cinco meses. Sus bombardeos a instalaciones nucleares —sin autorización del Congreso— fueron un show de fuerza para:
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Humillar a Irán («sabemos dónde se esconde el Líder Supremo») 8.
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Salvar a su aliado Netanyahu, exigiendo incluso que se «cancele inmediatamente» su juicio 7.
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Maquillar su fracaso diplomático: las negociaciones con Irán previstas para el 15 de junio en Omán fueron dinamitadas por la ofensiva israelí 1.
3. La Farsa del «Éxito Militar»
Ambos bandos proclaman victoria, pero los resultados son turbios:
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Israel afirma haber «desmantelado» el programa nuclear iraní, pero el OIEA advierte que Irán aún posee 400 kg de uranio enriquecido y puede reactivarlo 78.
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Irán jura que su ataque con misiles hipersónicos fue una lección, pero su espacio aéreo sigue semicerrado y su economía se desploma 58.
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Las bajas civiles desmienten el «precisionismo» prometido: trabajadores de la Media Luna Roja asesinados, niños muertos en refugios, y 700 detenidos en Irán por «espionaje» en 12 días 78.
«Con Trump, Netanyahu ganará las próximas elecciones. Cuando tienes a Trump de tu lado, los israelíes, que odian la debilidad, votarán por ti».
— Daniel Ben Simon, exdiputado israelí 1
4. La Paz Como Espejismo
El alto el fuego actual es tan frágil como un vidrio de uranio:
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No hay documentos firmados, solo presión de EE.UU. y Qatar 1.
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Irán gana tiempo para rearmarse, mientras Israel carece de «horizonte político» en la región 1.
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La comunidad internacional se limita a llamar a la calma mientras China y Rusia explotan el vacío 57.
Conclusión: La Trampa del «Eje del Mal»
Esta guerra no fue por la bomba atómica, ni por la supervivencia de Israel. Fue el último acto de dos líderes acorralados que usaron la vida de miles como moneda de cambio. Netanyahu para escapar de la justicia; Trump para revivir su mito de «negociador duro». Mientras, el pueblo iraní huye de los bombardeos, e israelíes duermen en refugios preguntándose si el siguiente misil llevará su nombre.
La tregua es un respiro, no una solución. Como advierte la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas: «La vía militar no garantiza seguridad» 8. Urge desescalar, pero sobre todo, desmantelar la maquinaria de odio que convierte a pueblos vecinos en enemigos eternos. El verdadero «eje de la resistencia» debería ser el de quienes resisten a la guerra.
🔍 Para profundizar:
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Origen de la rivalidad Irán-Israel: BBC Mundo
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Análisis del «éxito» militar israelí: Al Jazeera
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Impacto humanitario: El País